
Cuando tus cimientos están en el aire… son cenagosos, o simplemente aun no son lo suficientemente estables como para aguantar las tarascadas…
Somos nuestros peores enemigos y no paramos de llenar de agua nuestros cimientos para que no fragüen…
Enganchados a la belleza del reflejo… el mismo reflejo que no nos deja avanzar…
Lo más duro es cuando lo que no te deja avanzar es lo único que tienes y lo único que tienes... te hace daño…